lunes, 27 de septiembre de 2010

MIS MOTIVOS PARA LA HUELGA

Hay gente que sigue meditando acerca de la necesidad de una huelga general, no acaban de ver ningún problema sustancial en nuestra situación actual por el que valga la pena movilizarse y protestar. Muchas personas estiman que las medidas tomadas por el Gobierno son necesarias (la única duda que se plantean es si no habrán llegado demasiado tarde) tal vez por la incapacidad de ver más allá de las acciones de los políticos.
Solamente, tal y como dicen los sindicatos mayoritarios de este país, el recorte en los salarios de los empleados públicos, en las pensiones y en los derechos de los trabajadores con el abaratamiento del despido (porque eso es lo que es, digan lo que digan) sería suficiente motivo para una protesta masiva por parte de todos.

Sin embargo, y a pesar de que esos mismos sindicatos no digan nada al respecto, todo esto no es más que la punta del iceberg que se nos viene encima y que acabará por sumirnos en un estado demencial en el que la vida de los seres humanos no tendrá ningún valor. Para todos aquellos que crean que esto es exagerado, sólo tienen que reflexionar un momento sobre el valor que este sistema que nos imponen le da a la vida humana en la gran mayoría del planeta.
Esta huelga es algo más que disconformidad con unas decisiones gubernamentales, debe ser la expresión de un rechazo unánime contra un sistema capitalista que exprime hasta el último aliento a las personas para luego condenarlas a una vida de miseria y a una muerte lenta y dolorosa.
Esta huelga es contra todos aquellos tiranos que, al frente de sus grandes empresas, sólo sienten la preocupación de haber ganado un 5% menos de lo esperado sin tener ningún reparo en matar de hambre a millones de personas. Es contra todos aquellos banqueros sin escrúpulos que arruinan a millones de trabajadores del llamado primer mundo y luego dedican sus beneficios a la fabricación de armas para poder aniquilar al resto del planeta. Es contra aquellos políticos que nunca han sabido lo que significa ejercer esa profesión y sólo se han dedicado a arrimarse al árbol que mas sombra les ha hecho y, por supuesto, más dinero les ha ofrecido. Es contra todos aquellos periodistas que desconocen el valor del verbo informar y han optado por servir al poder repitiendo una y otra vez su mensaje hasta conseguir convertirlo en dogma de fe. Es contra todas aquellas instituciones que nacieron con el propósito de servir a la humanidad y acabaron confundiendo los términos y se dedican a servir al capital haciéndonos creer que eso es precisamente lo que la humanidad necesita. Es contra todos aquellos que creen que la verdadera razón reside en la fuerza y se dedican a imponer su verdad con las armas alrededor del mundo, sembrando muerte y desesperanza allá por donde pasan.
Pero, sobre todo, es contra nosotros mismos. Contra nuestra apatía y nuestra pasividad ante todo lo que sucede a nuestro alrededor. Contra nuestra manera cobarde de no afrontar la verdad y refugiarnos en un mundo de fantasía que nos han fabricado para ese propósito. Es contra todos los que pensamos que tenemos suerte de vivir tan bien como vivimos, contra todos los que no hemos aprendido nada de la historia, contra todos los que nos sentimos satisfechos pagando cuotas a cambio de caridad, en definitiva, contra todos los que sabemos que el mundo no camina en la dirección correcta y seguimos día a día viendo el televisor idiotizándonos un poco más a cada momento.

Esta huelga debería ser el principio de una nueva manera de pensar y actuar, debería servir para dejar de lado el miedo a perder la vida que llevamos porque esta vida no nos pertenece a nosotros sino que pertenece a ese sistema que tan bien nos la ha diseñado.
Porque este momento es el de la rebelión, el de decir que hasta aquí hemos llegado y que con nosotros no cuenten. Así que desde aquí les digo a los señores financieros, políticos, directivos, militares, medios de desinformación y demás piezas del sistema que hasta aquí hemos llegado, yo me apeo y, desde ya, no pienso permanecer callado y sumiso, no voy a seguir su juego y no voy a dejar de protestar hasta que su criminal sistema capitalista desaparezca.
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miércoles, 22 de septiembre de 2010

LA ONU Y SU FARSA DE LOS OBJETIVOS DEL MILENIO

Estos días andan reunidos en la sede de la ONU muchos de los supuestos mandatarios mundiales para analizar el grado de consecución de los Objetivos del Milenio propuestos para 2015. Recordemos dichos objetivos:

- Erradicar la pobreza extrema y el hambre.
- Lograr la enseñanza primaria y universal.
- Promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer.
- Reducir la mortalidad infantil.
- Mejorar la salud materna.
- Combatir el VIH/Sida, la malaria y otras enfermedades.
- Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente.
- Fomentar una Asociación Mundial para el Desarrollo.

Todas estas metas fueron ratificadas en 1990 por 189 países que se comprometieron a su consecución, magnífica cumbre aquella que llenó de esperanza a la gran mayoría de la población mundial, sin embargo, a día de hoy aquella esperanza se ha convertido en desencanto para unos, rabia para otros y muerte para muchos.
Tal vez, en aquel momento, la gente era más ingenua (yo desde luego) y no tenía tanto acceso a la información como ahora. Es posible que se pensara que aquello era la solución definitiva a los males del mundo, a lo mejor, es que todavía confiábamos en la bondad del sistema. Hoy sabemos que no. Hoy tenemos un mayor conocimiento acerca del funcionamiento del entramado económico que rige nuestras vidas y nos es más fácil comprender cómo nos mintieron entonces y nos siguen mintiendo ahora.

Se habla de erradicar la pobreza extrema y el hambre cuando vivimos bajo una dictadura económica que necesita de esa pobreza para funcionar correctamente. El 70% del plantea debe malvivir para que el resto podamos tener todo aquello que el sistema bancario nos quiera financiar. El capitalismo necesita arrasar a la mayoría de los países para mantener el equilibrio de poder y la acumulación de capitales y le da igual los miles de personas que mueren día tras día. Lo peor es que mantienen engañada a la mayoría de la sociedad de los países menos perjudicados por el sistema y pretenden hacernos creer que hacen todo lo que está en sus manos para que nadie muera de hambre. Lanzan iniciativas a través de sus “organizaciones amables” (las agencias de la ONU) aprovechando el tirón publicitario de estrellas de la televisión o el deporte y pidiendo nuestra colaboración. Por otro lado, las “organizaciones criminales” (FMI, BM, UE, OMC,...) extienden sus garras sobre los países excluidos robando todo aquello con lo que se pueda sacar beneficio para poder dárselo a sus amos: las grandes corporaciones. Sólo el funcionamiento de las grandes corporaciones que intervienen en cualquier fase de la producción y distribución de alimentos (Monsanto, Nestlé, Syngenta,...) es suficiente para matar a millones de personas al año, ya sea de hambre, de enfermedades o por agotamiento físico.

Dicen desear la enseñanza primaria universal, cuando lo que más les interesa a los dueños del planeta es que cada vez seamos menos libres a la hora de pensar. No sólo no quieren conseguir este objetivo, sino que lo que pretenden es que en los países desarrollados la enseñanza deje de ser pública y por supuesto que la enseñanza de calidad quede en manos de unas pocas élites. El único interés por la enseñanza es que puedan formarse los técnicos necesarios para mantener la producción, para ser jornalero o peón no se necesitan estudios así que para qué se van a molestar en promover la educación universal

Hablan de la igualdad y autonomía de la mujer en todo el mundo, pero todas las decisiones que se toman para conseguirlo son tomadas por hombres, el 99% (supongo que alguna mujer habrá) de los centros de decisión y poder real a escala mundial están ocupados por hombres (preferentemente blancos por supuesto). La única igualdad que les interesa es a la hora de explotarlas laboralmente como sucede en los grandes centros de producción textil de todo el mundo.

Mención especial debe hacerse con todos los objetivos que tienen que ver con la salud y que, por supuesto, son imposibles de conseguir mientras se siga defendiendo un sistema en el que el beneficio económico está por encima del bien de la humanidad. Mientras se permita que las grandes corporaciones farmacéuticas controlen las decisiones a tomar en este campo, nada mejorará. Millones de personas mueren por enfermedades erradicadas en los imperios capitalistas y a nadie le importa, seguimos permitiendo que las patentes estén por encima de la vida y si eso no cambia nada mejorará. Al contrario, cada vez será peor y los grandes laboratorios seguirán creyendo que las personas somos de su propiedad y pueden hacer con nosotros lo que quieran.

Para garantizar la sostenibilidad del medio ambiente es imprescindible cambiar el sistema económico y de producción actual. El capitalismo se basa en la premisa del aumento de acumulación de riqueza en un planeta de recursos limitados. Por lo tanto, repito, es imposible alcanzar la sostenibilidad del medio ambiente. Encima nos quieren hacer creer que todo puede solucionarse controlando las emisiones de CO2 y para ello crean un mercado de compra-venta que únicamente sirve para enriquecerse los mismos de siempre aún más y contaminar sobre manera los países excluidos de los centros de poder.

Por último, se habla de fomentar una asociación mundial para el desarrollo a través de mayores donaciones de los países ricos (el famoso 0,7%). Si lo que queremos es un verdadero desarrollo mundial justo, en lugar de fomentar asociaciones debemos destruir las que ya existen (FMI, Banco Mundial, OMC,...) porque son estos organismos los que con sus políticas de capitalismo salvaje empujan día tras día a la muerte a millones de personas en todo el mundo con el único objetivo de enriquecer más y más a los poderos señores de las transnacionales.

Es absolutamente imposible lograr un mundo justo para todos mientras estemos bajo el yugo de un sistema que nos obliga a unos pocos (consumidores del Norte) a mantener en la más absoluta pobreza a la inmensa mayoría del planeta. La tan cacareada refundación del capitalismo no ha dejado de ser otra estrategia más de marketing para que nos sintamos mejor con nosotros mismos y volvamos a sumirnos en el sopor de nuestras confortables vidas capitalistas mientras millones de personas siguen sumergidas en la más absoluta de las pobrezas.

viernes, 17 de septiembre de 2010

LA GLOBALIZACIÓN Y LOS TRATADOS DE LIBRE COMERCIO

Desde que en la década de los 80 los gobiernos de Reagan en los Estados Unidos y Thatcher en Inglaterra relanzaran el capitalismo hacia cuotas jamás antes alcanzadas, el implacable avance de la maquinaria neoliberal no se ha detenido ni un solo instante.Además de estas políticas, varios factores son los que han permitido esta salvaje expansión del libre mercado.

En primer lugar, el desmantelamiento del bloque comunista (con la consabida imagen de la caída del muro de Berlín) permitió a los halcones del capitalismo lanzarse sobre la economía de Europa del Este estableciendo el libre mercado como el remedio a todos los males, esto les permitió hacerse con toda la industria soviética que durante años había crecido sin parar al amparo de la planificación central del partido comunista.

Otro momento clave de la globalización del capitalismo es la primera guerra del Golfo Pérsico. Con la invasión de Irak por parte de los Estados Unidos se lanza un mensaje muy claro al resto del planeta: todo aquel que se oponga a las reglas de juego del libre mercado capitalista, será aplastado sin misericordia. Afortunadamente siguen habiendo Estados que se oponen a este sistema carroñero y proponen alternativas (que cada cual las juzgue como quiera pero hay que reconocerles el valor de intentar buscar su propio camino).

Sin duda, uno de los factores fundamentales para esta expansión ha sido el avance tecnológico.

La aparición de la tecnología de comunicaciones (sobre todo Internet) como objeto de uso global ha facilitado el tránsito de información de una punta a otra del globo de manera instantánea. Este flujo de datos permite un mayor control sobre la producción a escala mundial, ninguna región por pequeña y remota que sea escapa al control de las transnacionales ni a la dictadura del mercado. Hoy en día se produce un alimento en una esquina del planeta y su precio de venta se fija unos cuantos meses antes a miles de kilómetros de distancia. A pesar de todo esto, la aportación más importante de los avances tecnológicos para el mercado libre es el tránsito de capitales, a día de hoy, el dinero en grandes cantidades circula por todo el planeta en cuestión de segundos. De hecho, esto supone la mayoría del comercio y los beneficios a escala mundial. Ya no se gana dinero comprando y vendiendo productos. Ahora, gracias a la tecnología, los beneficios se obtienen invirtiendo y desinvirtiendo dinero en cuestión de segundos. La especulación bancaria y monetaria es el mayor negocio del sistema capitalista y la principal fuente de ingresos de las grandes fortunas del planeta. Es muy habitual observar ataques especulativos en todos los frentes de la economía mundial (atacan a los bancos, a las monedas nacionales, a la deuda pública de los Estados, a las bolsas de valores,...)

Por tanto es bastante lógico asegurar que quien tiene el poder sobre la tecnología, tiene mucho ganado a la hora de dominar la economía mundial.

No obstante, es indudable que el factor más importante para la globalización capitalista en la que vivimos inmersos, es la política económica de las grandes potencias. Una de las armas más poderosas y devastadoras, sino la que más, de esta política son los Tratados de Libre Comercio (TLC)

Los TLC son acuerdos entre dos o más países cuyo objetivo es establecer reglas comunes para normalizar la relación comercial entre ellos y liberalizar la totalidad de productos y servicios que se comercia entre los países, se busca crear una zona de libre comercio entre las Naciones participantes.

También son instrumentos de política exterior que los países utilizan para consolidar y ampliar el acceso de sus productos y eliminar barreras arancelarias, así como establecer mecanismos de cooperación entre los Estados. Esto es lo que dice la teoría, pero al parecer esto sólo es así (en cierta medida) cuando el tratado se establece entre países de similar nivel socio-económico como puede ser el tratado de la Unión Europea o el de los propios Estados Unidos. En este caso se observan consecuencias negativas para las regiones con menor potencia económica pero, no significa una completa debacle para ellos. Sin embargo, este no es el tipo de tratado habitual.

En la mayoría de las ocasiones estos acuerdos se establecen entre países ricos y pobres y, es aquí, donde los TLC se muestran como lo que son: una verdadera arma de expolio en favor de las grandes corporaciones.

Uno de los primeros y más importantes acuerdos de este tipo fue el NAFTA (Tratado de Libre Comercio de América del Norte) firmado a principios de los noventa por los presidentes de Canadá, Estados Unidos y México. Parecía un acuerdo favorecedor para todos (o eso dejaban entrever las sonrisas de los dirigentes mientras firmaban el acuerdo) Sin embargo, tan sólo tres años después de la firma el gobierno norteamericano tuvo que inyectar 50.000 millones de dólares ante la inminente caída de la economía mexicana. ¿Por qué lo hicieron? Básicamente por dos motivos: uno, para defender las grandes inversiones de las “corporaciones USA” en México (literalmente se estaban forrando a base de explotación laboral y ausencia de impuestos) y, dos, para conseguir el verdadero objetivo: lograr el control real del país, porque aquello representó, de hecho, la compra del país.

Por contra, México obtuvo de todo aquello la pérdida del control sobre su economía. La destrucción de su agricultura al no poder competir con los precios bajos (subvencionados, por supuesto) de los productos del Norte. El éxodo de millones de personas hacia las fábricas para ser sistemáticamente explotados por las trasnacionales. El expolio de sus recursos naturales y el aumento del narcotráfico gracias a la libre circulación de recursos humanos y económicos del Norte hacia el Sur.

Como consecuencia de todo esto se ha creado una ficticia clase pudiente formada por la minoría y una brecha aún mayor entre éstos y la mayoría de los ciudadanos.

En definitiva un TLC hace que desaparezcan las barreras impuestas al comercio y a la inversión extranjera. Esto significa que las economías más pobres no puedan utilizar los aranceles de importación para proteger sus sectores de actividad emergentes, ni a sus agricultores de la avalancha de importaciones a bajo precio, ni a las pequeñas industrias que se hunden al no poder competir con las grandes empresas de los países ricos.

Todo esto lleva al establecimiento de un nuevo colonialismo que no necesita de las guerras (teóricamente) para dominar países, basta con controlar sus economías para tener el poder absoluto en la toma de decisiones. Tanto es así, que cuando la gente se revela contra el Estado y consigue doblegarlo se da cuenta de que el Estado no existe, que el poder está más allá.


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martes, 7 de septiembre de 2010

A VUELTAS CON LA EDUCACIÓN

Ante la inminencia del inicio del nuevo curso escolar, los medios de comunicación han iniciado su bombardeo anual sobre la vuelta al cole. Docenas de reportajes sobre el coste que les supone a los esforzados padres el retorno escolar y lo especialmente doloroso que va a ser este año con la crisis económica que todo lo envuelve. Después llegarán las consabidas noticias con imágenes de niños llorando ante su primer día escolar o, por el contrario, las inocentes sonrisas de aquellos que están encantados de reencontrarse con sus amigos.
Sin embargo, comienza el curso y no parece que nadie hable de la importancia de la educación y de lo poco valorado que está este ámbito en España. Periódicamente, nos alertamos ante la publicación de los resultados de estudios a nivel europeo que dejan a la educación española a la altura del betún y en los que se evidencia que el único liderazgo que ostentamos en materia educativa es el del abandono y fracaso escolar.

Vaya por delante que, obviamente, lo referido en este post es una generalización y ya se sabe que generalizar no es bueno, pero en este caso creo que se acerca bastante a la realidad del asunto.
En la sociedad de consumo, la educación ha pasado a ser un concepto referido al paso de los niños por la escuela, como si sólo en esa época y en ese lugar fuera donde una persona debe educarse. Cuando se habla de educación parece que nos olvidamos de la familia, los amigos, los vecinos, los medios de comunicación,... Todo se centra en el bajo rendimiento académico de los niños en la escuela. Sigamos la corriente y centrémonos en eso.
Todavía nos sorprende lo que consideramos una mala calidad del sistema educativo e incluso, nos llega a irritar que nos consideren de los más “burros” de Europa. Sin embargo, en la dinámica capitalista en la que nos encontramos los resultados obtenidos son los esperados. En la sociedad actual no se necesitan pensadores críticos ni pensadores socialmente concienciados, sino que lo que interesa son los cerebros sumisos y las personalidades egocéntricas que encajan perfectamente en el engranaje social en el que vivimos. El resultado óptimo para una sociedad de consumo es una inmensa mayoría de jóvenes apenas formados que pasarán a ser la fuerza de producción cuando sea necesario pudiendo contribuir así al desarrollo del capitalismo (y cuando no lo sea como ahora, pasarán a ser un número más en las listas de desempleo y formaran parte de los excluidos por el sistema); otro gran grupo aunque menos numerosos que el anterior deberán integrarlo jóvenes con una formación técnica que les permita alcanzar un nivel óptimo de remuneración para poder integrarse de pleno derecho en la sociedad (acceder a préstamos e hipotecas para seguir engrasando la maquinaria capitalista) y, finalmente, un pequeño grupo de elegidos que formaran parte de la élite social. Esto es lo que el sistema actual requiere y, por tanto, es lo que obtiene.

Nuestra clase política se encarga año tras año de apuntalar este sistema mediante diferentes tácticas. Por un lado, los recursos económicos y humanos destinados a la educación pública disminuyen sin ningún rubor a cada curso que pasa fomentando el empobrecimiento de instalaciones y la desmoralización de los educadores. Por otro lado, el constante ir y venir de las leyes educativas (aunque sin lugar a dudas, todas ellas se encaminan a la consecución de los objetivos arriba comentados) en función de quien domine el arco parlamentario colabora a un total estancamiento del sistema educativo, ¿cómo emprender iniciativas a largo plazo si cada pocos años cambia el marco legislativo? Otro factor importante es la dedicación exclusiva que el capitalismo exige a los padres hacia su trabajo, así es muy difícil tener tiempo y fuerzas para dedicarse a sus hijos. En cambio, es mucho más fácil pasar la responsabilidad a otros manteniéndolos ocupados con actividades extraescolares (si el bolsillo lo permite) o dejarles vía libre para que hagan lo que quieran con su tiempo.

A este cóctel debemos añadir el toque que aportan los medios de comunicación con los modelos de éxito que presentan a la juventud (por supuesto, ninguno de ellos basado en una buena educación y unos valores solidarios). Con todo esto tenemos servido el resultado final.

Por desgracia, todo este sistema de educación no es más que otro peldaño en la ascensión hacia la destrucción de una sociedad del bienestar. Se deteriora la educación tanto como el resto de servicios públicos (sanidad, justicia,...) para poder llegar a la panacea capitalista: el que quiera algo que lo pague y si no puede que se joda.
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viernes, 3 de septiembre de 2010

NACIONES UNIDAS: ¿PARA QUÉ?

A continuación reproducimos los propósitos de las Naciones Unidas según su carta fundacional firmada por los 51 Estados fundadores en 1945 tras la creación de la Organización.
Vamos a fijarnos en estos propósitos y ver el papel que juega la Organización de las Naciones Unidas en el mundo actual y el nivel de cumplimiento de estos propósitos.


1. Mantener la paz y la seguridad internacionales, y con tal fin: tomar medidas colectivas eficaces para prevenir y eliminar amenazas a la paz, y para suprimir actos de agresión u otros quebrantamientos de la paz; y lograr por medios pacíficos, y de conformidad con los principios de la justicia y del derecho internacional, el ajuste o arreglo de controversias o situaciones internacionales susceptibles de conducir a quebrantamientos de la paz.
La ONU se creó como sustituto de la Sociedad de Naciones tras el fracaso de ésta para impedir la Segunda Guerra Mundial. Desde la creación de la ONU han sido incontables las guerras que se han ido sucediendo a lo largo y ancho del planeta, a día de hoy siguen habiendo casi 30 guerras (tensiones o conflictos como prefieren llamarlos en los medios de desinformación masiva) en marcha. Bastaría este simple hecho para desacreditar el funcionamiento y mantenimiento (que no es barato) de esta organización, sin embargo, esta flagrante violación del objetivo número uno de la ONU no parece importarle a ninguno de sus miembros. Es cierto que muchas de estas guerras son a nivel local y pudiera ser que la ONU no quisiera intervenir en ellas por cuestiones de soberanía nacional, sin embargo hay muchos conflictos (Irak, Afganistán, Palestina, Sahara,...) que son internacionales y ponen en peligro la paz mundial. ¿Qué sucede entonces? Parece bastante claro que el propósito real de la ONU es mantener el statu quo que se reveló tras la IIGM (sólo hay que ver su sistema de veto por parte de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad). Por lo tanto, con el sistema actual de la ONU jamás será rechazada ninguna actuación de las grandes potencias mundiales ni de sus aliados. Como consecuencia de esto, ninguna guerra será abortada y la expansión del imperialismo seguirá avanzando sin trabas por parte de la ONU. De hecho, no sólo no pondrá trabas sino que se postulará como posible entidad gobernante cuando todo el planeta no sea más que una extensión de los Estados Unidos de América.

2. Fomentar entre las naciones relaciones de amistad basadas en el respeto al principio de la igualdad de derechos y al de la libre determinación de los pueblos, y tomar otros medidas adecuadas para fortalecer la paz universal.
En primer lugar, vamos a dejar una cosa clara: las decisiones y resoluciones tomadas por la ONU no sirven para nada. Segundo, el respeto y la igualdad de derechos son conceptos desconocidos para los señores de la ONU. En cuanto a la paz universal mejor ni hablamos.
Tomemos como ejemplo las resoluciones tomadas sobre Israel y Palestina, desde la fundación del estado de Israel han hecho caso omiso de al menos medio centenar de resoluciones de las Naciones Unidas. ¿Qué consecuencias ha tenido esto para Israel? Actualmente, dominan un territorio infinatemente superior al que les fue adjudicado oficialmente, para ello no han dudado en masacrar al pueblo palestino y a todos aquellos vecinos que hayan osado interponerse en su camino. De paso, se han hecho con un arsenal nuclear que jamás ha sido investigado y mucho menos sancionado (sólo por este último punto hay países al borde de la aniquilación por parte del Imperio).
También recordamos la resolución en contra de la guerra de Irak y cómo Estados Unidos pasó olímpicamente del tema, luego para maquillar la cosa aún tuvieron la cara dura de aprobar la guerra con una resolución a posteriori. Por supuesto la metrópoli del Imperio tiene un listado de incumplimientos extensísimo pero a ver quien es el guapo que se juega la silla por criticarles.
Por otra parte, tenemos los grandes acuerdos que se toman sobre el cambio climático. No voy a extenderme porque es evidente su inutilidad, pero digamos que no estaría mal que todos aquellos que no estén dispuestos a hacer nada para no destrozar el planeta pudieran ser metidos en naves espaciales y mandados fuera de la Tierra ya que no desean su supervivencia.
Con estos ejemplos y cientos de otros, la única relación de amistad entre los pueblos se reduce a estar de parte del Imperio o pasar a formar parte de las naciones terroristas que en opinión de los USA deben ser aniquiladas de la faz de la Tierra.


3. Realizar la cooperación internacional en la solución de problemas internacionales de carácter económico, social, cultural o humanitario, y en el desarrollo y estímulo del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión.
La ONU posee innumerables agencias que se encargan de esta labor (FAO, OMS, UNICEF, ACNUR, UNESCO,...) y, es cierto, que la mayoría de sus trabajadores realizan una gran labor. No obstante, es un trabajo que con un buen funcionamiento de la ONU no debería existir. Las terribles injusticias existentes por todo el planeta (de las que supuestamente se encargan estas agencias) son fruto del sistema imperialista que las Naciones Unidas se encargan de perpetuar a través de sus decisiones.
Sólo a través de la impunidad de la venta y tráfico de armas de las grandes potencias a los países pobres hace posible el incesante reguero de conflictos armados existentes incluyendo en ellos a miles de niños inocentes que se ven obligados a matar para no morir, la ONU prefiere ignorar y seguir lanzando campañas con estrellas del cine y el deporte para que todos nos sintamos mejor.
Sólo a través de la impunidad con la que operan las transnacionales como Monsanto hace posible el fin de la soberanía alimentaria y la destrucción del modo de vida de cientos de millones de personas en todo el mundo. En lugar de tomar medidas al respecto, la ONU se ríe publicando informes de la FAO que aseguran que el planeta puede producir alimentos para 12 mil millones de personas al año (el doble de la población actual). En lugar de hacerlo posible, su negativa a actuar posibilita que cada día mueran cerca de 30.000 seres humanos, más de la mitad de ellos son niños.
Sólo a través de la impunidad con las grandes compañías energéticas saquean y expolian todos los territorios que les interesan, es posible el agotamiento y la destrucción de todos los bienes que el planeta pone a nuestra disposición. La ONU ni actúa ni opina al respecto.
Sólo a través de la impunidad con la que las grandes transnacionales explotan a sus trabajadores es posible el constante crecimiento de la pobreza extrema y la muerte prematura de millones de seres humanos cada año. La ONU para paliar esta situación lanza el estreno de una comedia llamada Objetivos del Milenio.
Por desgracias los ejemplos serían infinitos, pero estos sirven para ver de qué lado está la ONU. Desde luego la solidaridad y cooperación que promulga es de todo el planeta hacia los grandes capitalistas.


4. Servir de centro que armonice los esfuerzos de las naciones por alcanzar estos propósitos comunes.
Está claro que armoniza los esfuerzos de las naciones, la lástima es que sea para alcanzar los propósitos de Estados Unidos que al parecer son los propósitos de toda la humanidad.
Parece lógico que haya un punto de encuentro donde todos los países del mundo puedan discutir sus diferentes puntos de vista acerca de cómo vivir en el mismo planeta, sin embargo, la estructura de la ONU no permite esta discusión en un plano de igualdad. De sus casi 200 miembros, sólo se tiene en cuenta la opinión de cinco; y de lo que dicen esos cinco siempre se acaba haciendo lo que quiere uno: Estados Unidos.
Por lo tanto, ahora que estamos en una época de recortes no estaría de más recortar la pantomima de las Naciones Unidas y plantear otro tipo de foro en el que la opinión de todos valga lo mismo.


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